domingo, 27 de junio de 2010

47. Universidades en alianza interinstitucional apoyan a emprendedores


Profesores universitarios y técnicos de instituciones serán los puntales de un importante proyecto para impulsar el emprendimiento manabita, especialmente en los jóvenes.
Ellos fueron acreditados para esto en el marco de la iniciativa denominada ‘Emprende Manabí’ en el 2009.

En la Universidad San Gregorio de Portoviejo, 57 personas fueron certificadas luego de haber cumplido un proceso de formación en el que durante ocho semanas abordaron temáticas como emprendimiento, marketing efectivo, plan de negocios, finanzas y andragogía.
Su participación se realizó debido a la alianza estratégica entre el Grupo de Universidades de Manabí (GUM) y entidades como la Agencia de Desarrollo Provincial de Manabí (ADPM), Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) y la Prefectura.
Ángel Loor Giler, representante del GUM, destacó la participación de los maestros y el aporte de las universidades en el fomento del emprendimiento y el desarrollo.
“Se reafirma el compromiso que ha tenido siempre la educación superior con la generación de empleos”, aseguró.
Por su parte José Vásconez Cevallos, uno de los acreditados, agradeció la formación recibida y expresó su compromiso para fomentar el emprendimiento en los negocios de los jóvenes.
“Tenemos un reto por delante para que todos los jóvenes seamos líderes y así aportemos al desarrollo y creación de nuevos empleos en la provincia”, expresó Vásconez.
El evento se suma a otros que ha realizado la Universidad San Gregorio con el fin de difundir el conocimiento y vincular la academia con el desarrollo provincial. Recientemente se realizó una conferencia para estudiantes con un experto español en economía global.
Los promotores consideran que el apoyo a la pesca artesanal es una de las prioridades para luego pasar a otros ámbitos productivos.

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46. Un programa fortalece la produccion agroecologica


Tomada de la edición impresa del 22 de marzo del 2010 El Telégrafo

Datos
Los pequeños productores pueden acceder a créditos preferenciales gracias a convenios que el programa ha establecido con el MIES, el Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria y el Programa de Finanzas Populares.

La próxima feria campesina se realizará en Mejía, el 28 de marzo, en el Patronato Provincial, Av. Pablo Guarderas y Panamericana Sur, Barrio La Bomba.

Las canastas Ñucanchimicuna -que significa Nuestros Alimentos- busca fortalecer la agricultura campesina, incentivar la conservación de semillas ancestrates, conservar el medio ambiente y generar una alimentación segura y soberana.

Se espera llegar con las canastas Ñucanchimicuna a 1.000 familias urbanas, 50 grupos de consumidores responsables que podrían ser abastecidos por los 11 grupos de productores que actualmente son parte del Programa Pichincha Alimenta.

Infórmate
Si desea ser parte de los consumidores responsables comunicarse con Renata Lazo al 02 2566493, o ingrese sus datos en el formulario disponible en www.mercaredsostenible.com en la opción canastas Ñucanchimicuna.
Pequeños agricultores de Pichincha mejoran sus hábitos de alimentación y sus ingresos.
Productores y consumidores de Pichincha se involucran en un circuito solidario que promueve el cultivo y el consumo de productos orgánicos.

Este sistema garantiza una alimentación sana para familias rurales y urbanas e ingresos económicos para pequeños productores agroecológicos de cinco cantones.

La iniciativa surge a partir de un diagnóstico realizado por el Programa Pichincha Alimenta, promovido por la Dirección de Apoyo a la Producción del Gobierno provincial. El fin era conocer la situación alimentaria de 2.000 familias campesinas de Cayambe, Tabacundo, Mejía y San Miguel de los Bancos.

Los resultados evidenciaron altos niveles de desnutrición y malas prácticas de alimentación.

Frente a ello, Pichincha Alimenta estableció como objetivos fundamentales, explica Renata Lazo, directora del proyecto, garantizar la soberanía alimentaria de las familias campesinas de la provincia y mejorar sus ingresos a través de una propuesta integral de trabajo que permita que los agricultores accedan a capacitaciones, asistencia técnica, créditos y finalmente a un circuito de comercialización.

El proceso de capacitación se inició hace tres meses en once organizaciones integradas por pequeños productores, que en su mayoría cuentan con granjas integrales o trabajan en asociatividad en la producción, principalmente, de hortalizas y legumbres, pero también de frutas, y en la crianza de animales.

La capacitación y asistencia técnica en buenas prácticas agroecológicas y temas específicos, según las necesidades de los campesinos, son gratuitas.

Una de las prioridades, según Lazo, es lograr que las familias de los productores tomen conciencia sobre la importancia de mejorar sus hábitos alimenticios y empiecen a consumir parte de su producción.

Mientras que los excedentes ayudan a mejorar los ingresos de las familias gracias a dos formas de comercialización: ferias campesinas y canastas agroecológicas.

Una vez que la producción de los grupos está consolidada como orgánica, los pequeños agricultores acceden a las ferias campesinas, las cuales son espacio de comercialización que beneficia tanto a productores como a consumidores. Éstos últimos tienen la oportunidad de adquirir productos orgánicos y a precios justos.

Las primera feria se realizó en Mejía con la participación de treinta productores del sector. Para Magdalena Caisa, presidenta de la Asociación Tierra y Trabajo, el ser parte de este programa le ha cambiado la vida. “Ahora me siento feliz, porque los 20 productores que conformamos la asociación estamos aprendiendo cosas nuevas y nos sentimos más saludables por consumir nuestros alimentos”.

Magdalena cuenta que durante 20 años los socios del grupo utilizaron fertilizantes químicos para los cultivos, lo que perjudicaba a sus familiares e incrementaba los costos de producción.

Pero ahora que tienen cultivos orgánicos ingresaron a la feria campesina y la situación cambió. “Cosechamos productos sanos. Pudimos vender a los consumidores directamente y tener mayores ingresos”

Otra forma de llegar con sus productos a más personas es a través de las canastas Ñucanchimicuna. Éstas son entregadas cada quince días a grupos de consumidores organizados, que se comprometen a comprarlas por un mínimo de seis meses.

La canasta básica con diez productos (hortalizas, legumbres y frutas totalmente orgánicas) tiene un precio de 7 dólares.

Por el momento, el programa cuenta con tres grupos de consumidores, uno de ellos es la organización Mujeres por la Vida, del cantón Rumiñahui, que desde hace un año se distribuye entre 100 y 180 canastas solidarias.

Rosi Salazar, miembro del grupo, cuenta que en un inicio se les dificultó conseguir los productos y los costos eran altos porque los compraban a intermediarios.

Desde hace dos meses se proveen de productos orgánicos de la Asociación Tierra y Trabajo. “Ahora accedemos a productos sanos, sabemos que son orgánicos y que eso contribuye con nuestra alimentación, además, los precios son más económicos”.
Se incentiva el consumo responsable
En las ferias campesinas, el Programa Pichincha Alimenta aprovecha este espacio para difundir entre los asistentes buenas prácticas alimenticias que los comprometan a cuidar de su alimentación y la de su familia adquiriendo productos orgánicos.

En todo proceso de economía solidaria el papel del consumidor es indispensable; por ello el programa crea grupos de consumidores organizados para que conozcan sobre la importancia de comprar la producción de pequeños productores y de esta forma contribuir con el desarrollo económico y social de estos grupos.

El consumidor responsable debe preguntarse si lo que va a comprar lo necesita o no, considerar el impacto ambiental, contribuir con su compra a la generación de ingresos de grupos vulnerables y así garantizar las necesidades básicas de otros.

Las personas interesadas en ser parte del programa, como representantes de consumidores responsables, deben formar un grupo de diez personas de su barrio o trabajo.

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sábado, 26 de junio de 2010

45. Salinas referente modelo de desarrollo microempresarial


Tomado de El Comercio del 17 de diciembre del 2009

En la parroquia, ubicada a media hora de Guaranda, funcionan con éxito medio centenar de microempresas que exportan chocolates, artesanías y otros productos a Europa. Además cada año reciben a más de 9 000 turistas.

El sacerdote salesiano Antonio Polo lideró un plan para crear microempresas en la parroquia. Esto inició en 1970. En ese año, los campesinos no tenían acceso a servicios básicos y trabajaban en una mina de sal. Con el apoyo del religioso conformaron el programa Queserías Rurales para elaborar el famoso queso El Salinerito. Luego, en 1990 se crearon otras microempresas donde se fabrican embutidos, artesanías, mermeladas, esencias, balones y chocolates.

En 2002, Salinas obtuvo el primer lugar en el concurso Gestión Empresarial de Género, organizado por la Fundación Sendas. El trabajo de las mujeres en los 16 centros artesanales que elaboran canastas de paja y sacos de lana y las historias de 22 mujeres líderes que están al frente de grupos juveniles y precooperativas de ahorro y crédito permitió que Salinas obtuviera el primer lugar.

Esto fue registrado por EL COMERCIO al igual que el reconocimiento que logró la parroquia en 2004. La organización Worldaware Business Awards premió a la parroquia porque a través de la organización comunitaria se mejoró la calidad de vida de los campesinos. En Salinas no hay desempleo ni analfabetismo. Las microempresas son visitadas por miles de turistas.

De la extrema pobreza al desarrollo
Reportaje preparado para la Revista "BIDAmérica" publicado en febrero del 2005

Cómo una comunidad de la serranía del Ecuador, abandonada y sumida en la extrema pobreza, se transforma en un ejemplo de trabajo y desarrollo

Por Elbio Hidalgo, Universidad Politécnica Salesiana Sede Quito

¡Quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón…!

Parece ser que en esta hermosa frase extraída de una canción de Mercedes Sosa, se podría resumir la experiencia de desarrollo de Salinas de Bolívar, comunidad de la serranía ecuatoriana en donde conviven indígenas quichuas y mestizos.

Hace treinta años esta comunidad estaba sumida totalmente en el olvido, la pobreza, y la marginalidad. La mortalidad infantil en aquellos tiempos era del 45%, el analfabetismo del 85%, las viviendas eran muy humildes, construidas de paja y tierra, carecían de agua entubada, electricidad, servicio telefónico, alcantarillado y carreteras permanentes.

Los jóvenes y adultos, migraban masivamente a las grandes ciudades en busca de trabajo, ya que la única fuente de trabajo en Salinas eran las minas de sal, trabajo duro y mal remunerado. Alonso Vargas1 recuerda “antes el pueblo era bastante pobre, teníamos casitas de choza y todos los habitantes servíamos a la familia Cordobés pero éramos explotados por ser peones”. La comunidad vivía en la extrema pobreza.

En 1970 llega a la comunidad el padre Antonio Polo junto con un grupo de voluntarios italianos del grupo Mato Grosso, quienes fueron invitados por Cándido Rada, obispo de Guaranda de aquel tiempo. Ante la difícil realidad de la comunidad, el padre Polo tuvo la firme convicción de cambiarla y crear fuentes de trabajo para salir de la miseria.

La Propuesta. Con el apoyo del Obispo de Guaranda, el padre Polo logró crear la Cooperativa de ahorro y crédito de Salinas, para conseguir los derechos de la explotación de la sal que hasta ese entonces pertenecía a la familia Cordobés, dueña de grandes extensiones de terrenos. Pero al poco tiempo el proyecto fracasó por la poca rentabilidad de la sal. “Yo les dije hagamos quesos comunitarios” —recuerda el padre Polo— “el desarrollo no es pedir dinero, sino aprovechar los recursos que uno tiene por más escasos que sean”.

Los esfuerzos de la Cooperativa se enfocaron en el ahorro familiar, y luego de varios intentos fallidos se creó en 1978 la quesera de Salinas, gracias a la colaboración de José Dubach, quien aportó con la tecnología para la realización de los quesos y ayudó en la apertura de una tienda de expendio de quesos en Quito.

Una de las políticas novedosas de la cooperativa, que pasó a administrar el dinero producido por la Quesera, fue la no repartición de las utilidades para así poder realizar inversiones en otros proyectos.

¿Cómo llevar adelante el proyecto de trabajo comunitario?
Para lograr este objetivo, el padre Polo propuso enfocarse en la actividad de la Cooperativa como base de una organización estable, en la cual se conjugue varios enfoques tradicionales y otros innovadores:
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Una Estructura abierta
, que permita participar a todos los miembros de la comunidad y a quienes deseen integrarse al proceso, convirtiéndose en una cooperativa abierta a la búsqueda de alternativas de desarrollo para la comunidad. En este proceso han participado indígenas, mestizos, extranjeros, religiosos, voluntarios, que con sus ideas y diversos enfoques permiten una mayor eficacia en los procesos de desarrollo
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Una Democracia estructurada, los cargos y responsabilidades están bien definidos, a través de comités y mediante elección de los socios en las asambleas. Para el padre Polo, la honradez y la voluntad de la gente son el pilar del éxito. Las reuniones entre los socios se realizan periódicamente, “En la democracia todos somos iguales porque todos tenemos un voto, ya sea el que tiene un poquito más o el que tiene un poquito menos, el hecho es sentirnos iguales”
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El Ahorro, que es fundamental para crear un sentido de pertenencia en el desarrollo, para el padre Polo, “no hay que pedir dinero sino aprovechar lo que se tiene”. Mediante el ahorro se puede acceder a nuevos proyectos que se traducen en beneficio para todos.
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El Crédito. El padre Polo lo enfoca como un instrumento de inversión más que de donación que se desgasta. Es un instrumento de estímulo, que ayuda a cada socio a manejar correcta y eficazmente el dinero, además de la oportunidad de invertir en nuevas iniciativas familiares que nacen de la necesidad de mejorar su nivel de vida.
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La Contabilidad, que tenga sistemas sencillos y eficaces, ajustada a la realidad. Para el padre Polo este elemento es fundamental, ya que los administradores, que en su mayoría son personas que no han terminado ni la escuela primaria, deben llevar una correcta administración de los recursos que manejan.
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Una Centralización-Diversificación, la cooperativa no se debe limitar a su actividad específica de ahorro y crédito, sino que debe constituirse en un núcleo organizativo abierto a todas las actividades, como por ejemplo al trabajo comunitario. Para Marcelo Allauca3, “la experiencia del desarrollo debe ser compartida”, por lo cual, en la comunidad se abrió un internado secundario para que estudiantes de otras comunidades de todo el país, estudien en la mañana y por la tarde participen dentro de los procesos productivo de las diferentes empresas, con la finalidad de que aprendan y después creen empresas dentro de sus propias comunidades.
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La Utilización Comunitaria de excedentes: anualmente y una vez realizados los balances económicos, los excedentes de las empresas no son repartidos individualmente. Estos fortalecen a su cooperativa y permiten cristalizar varias necesidades comunitarias. Con esto se evita que las personas que tengan más, reciban más. En palabras de Alonso Vargas “nuestra política es ayudarnos entre unos y otros”.

Ya en la Marcha. La cooperativa, que en un inicio se formó con los escasos ahorros de quince socios campesinos, pronto atrajo a otros, y se creó la primera quesera, posteriormente se abrió una tienda en Quito que permitió la venta directa sin intermediarios, “Apenas supieron que en Salinas había trabajo, muchos de los jóvenes que vivían en Guayaquil regresaron y ayudaron a convencer a otros que la migración a la ciudad es dura y penosa”, comenta el padre Polo.

Tras la difusión del modelo cooperativista de Salinas y por la necesidad de contar con una mayor organización, se creó FUNORSAL (Fundación de Organizaciones Campesinas de Salinas) que emprendió la creación de cooperativas productoras de quesos en toda la parroquia.
El éxito fue tal, que en la actualidad FUNORSAL tiene 30 empresas productivas: una fábrica hilandera, dos embutidoras, un criadero de cerdos, una carpintería, una mecánica, una hospedería campesina, un centro de acopio y comercialización de los productos que se elaboran en Salinas, varias tiendas comunales, dos granjas experimentales destinada a la crianza de alpacas y ovejas. Se trata de un conjunto de empresas manufactureras y comercializadoras encadenadas entre sí a través de líneas productivas complementarias. Sin embargo, la industria de quesos es la principal actividad de producción de la comunidad y en la actualidad cuenta con 22 queseras en Salinas, 20 en la Provincia de Bolívar y 40 a nivel nacional.

Otra Realidad. Hoy el 95% de las personas que viven en Salinas cuentan con electricidad, el 92% tienen acceso a la salud, todos tienen agua entubada, sólo el 8% de los jóvenes salen a las grandes ciudades del país, pero en su gran mayoría por motivo de estudios. En las empresas locales trabajan 278 personas, entre administradores, operarios, artesanos, comerciantes y voluntarios. El número de estudiantes se incrementó vertiginosamente: 106 niños asisten a la escuela primaria, 111 jóvenes al colegio y 58 jóvenes están estudiando en las diferentes universidades del país. La capacidad de ahorro mensual es del 11% sobre sus ingresos mensuales, y ahora las casas tienen un promedio de 2 pisos, 4 habitaciones y en su gran mayoría son de cemento, bloques y zinc, y además, 35 familias poseen una segunda vivienda para alquiler.

Como se puede observar, la comunidad de Salinas salió de la miseria, pero aún se enfrenta a diversos problemas: vías de acceso a la comunidad en mal estado, falta de medios de comunicación, falta de apoyo del gobierno para mejorar los pastizales, despreocupación por parte del Ministerio de Educación en cuanto al número de profesores, falta de coordinación con el gobierno local.

Sin embargo, no cabe duda que el resultado obtenido por esta comunidad viene de un proceso organizativo autónomo, empujado por la unión de sus pobladores, unión que hace la fuerza, la cual han sabido mantenerla y transformarla en solidaridad expresada en el diario vivir. Es un proceso exitoso, producto del entendimiento de que el desarrollo no es pedir dinero, sino aprovechar los recurso que se tiene por más escasos que estos sean. Hay una frase que se utiliza mucho en mi país cuando la selección de fútbol gana, y que expresaría los sentimientos de todos quienes conocemos la experiencia descrita en este artículo: ¡SI SE PUEDE!, ¡SI SE PUEDE! , ¡Y SIEMPRE SE PODRÁ!

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44. Recursos para riego, productividad y produccion


Tomada de la edición impresa del 04 de enero del 2010 El Telegrafo
Con este proyecto, estos sectores esperan mejorar la productividad de sus cultivos.
El Ministerio de Agricultura inauguró el revestimiento de 6.800 metros del sistema de riego de la acequia Alta Fernández, que beneficia a 3.000 usuarios.

El Ministerio de Agricultura, a través del Instituto Nacional del Riego (INAR), inauguró el revestimiento de 6.800 metros del sistema de riego de la acequia Alta Fernández, que beneficia a 3.000 usuarios de varias parroquias de Ambato, en Tungurahua, y de Salcedo, en Cotopaxi.

Esta obra tiene un costo de 1’177.000 dólares y regará a 1.720 hectáreas, beneficiando a 1.800 familias de productores de papa, mora, cebada, mellocos, frutas y especies menores.

En este mismo acto, el proyecto Competitividad Agropecuaria y Desarrollo Rural Sostenible (Caders) entregó un cofinanciamiento de 48.796 dólares a 180 familias, de 10 organizaciones campesinas del cantón Mocha, recursos que servirán para la instalación de una planta faenadora de cuyes.

Así también, se distribuyeron los primeros 130 carnés a productores de Tungurahua, quienes buscan tres objetivos específicos.

Primero, registrar a productores agrícolas, a fin de recibir asistencia técnica y planificar de manera adecuada las actividades agrícolas. Segundo, comercializar los productos en el mercado mayorista de Ambato; y tercero, gestionar y canalizar el apoyo estatal hacia la producción.

Lucy Montalvo, subsecretaria regional de Agricultura de la Sierra, recalcó el compromiso del Gobierno Nacional con la agricultura familiar y se comprometió a continuar con el apoyo a los pequeños productores.

“Esto, porque son ellos los encargados de garantizar la seguridad alimentaria del país”, apuntó Montalvo.

Manifestó que el Estado ha asumido esta responsabilidad que contribuirá a mejorar la gestión agropecuaria en este sector.

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43. Turismo comunitario y rural generan desarrollo


Tomada de la edición impresa del 05 de abril del 2010 El Telégrafo

La comunidad de Vuelta Larga trabaja en el proyecto de comercialización de platos típicos a base cangrejo azul.

Infórmate
Para conocer más sobre el proyecto de Turismo Comunitario Cevicangre, liderado por un grupo de moradores de la comunidad de Vuelta Larga, comunicarse con Jenny Bautista, presidenta de la Asociación, al teléfono 094229225, o con Julio Portillo al 091666579.
Pobladores de la comunidad de Vuelta Larga se benefician de un proyecto turístico comunitario.
Pequeñas casas de madera alejadas del suelo por pedazos de troncos, hamacas de color negro que dejan ver la mirada curiosa de quienes descansan o juegan en ellas, un inmenso río con algunas pangas en su orilla que se mueven con la fresca brisa de aire, son parte de la tranquilidad que esconde la comunidad de Vuelta Larga, formada por 47 familias.

En este lugar, ubicado en el cantón Río Verde, de Esmeraldas, son pocas las opciones que sus habitantes tienen para generar ingresos económicos. Durante años la pesca artesanal, principal actividad realizada por los hombres, les ha permitido vivir a la mayoría de familias con US$ 45 mensuales.

Esta situación motivó a sus pobladores a idear alternativas laborales que involucren dos elementos que son parte de su vida: La riqueza natural que los rodea y los cangrejos azules.

Frecia Bonemafla, coordinadora de la Asociación Cevicangre, indica con su mano el terreno de dos hectáreas donde espera empiece a funcionar un criadero de cangrejos. Hace dos años ella, junto a otros comuneros, señalaron de igual forma un espacio frente al río donde ahora funciona un restaurante que es parte del proyecto de Turismo Comunitario Cevicangre, formado por diez socios que viven de la flora y la fauna de su sector de manera responsable.

Esta iniciativa fue impulsada y financiada por la Unión Europea, el Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio, FEPP, y el Departamento de Turismo del Municipio de Río Verde. Antes de iniciar la construcción de la infraestructura, las personas que decidieron ser parte del proyecto fueron capacitadas en atención al cliente, administración y turismo.

“Aprender cosas nuevas que nos permitan crecer como comunidad a través del turismo fue algo que nos ha servido para ver que en Vuelta Larga existen opciones que podemos aprovechar y así obtener ingresos económicos”, cuenta Frecia.

Toda la comunidad estuvo pendiente y aportó con mano de obra en la construcción de rústicas instalaciones. Un área cubierta con cade, sin paredes, con capacidad para 40 clientes, está destinada para ofrecer el principal atractivo turístico del sector: el cevicangre.

Una de las prioridades de los socios ha sido invertir en adecuaciones y la adquisición de bienes para ofrecer un mejor servicio.

Dabexi Burbano, vicepresidenta, cuenta que este plato típico que nació del ingenio y la habilidad culinaria de tres pobladores, es lo que más llama la atención de los turistas. Está compuesto por un cangrejo encocado acompañado de un ceviche de camarón, una porción de arroz con patacones y agua de coco servida en su propia pipa.

Para abastecerse de cangrejo para el restaurante y ofrecer alimentos frescos, los socios crearon un corral donde engordan a los crustáceos y los mantienen en cautiverio. Albergan a 300 cangrejos azules que son comprados a pescadores vecinos.

Están conscientes de que no pueden abusar de este recurso y por ello una vez que las hembras están en proceso de gestación las dejan libres para que tengan sus huevos y sigan reproduciéndose.
35.000 dólares fueron invertidos en capacitación, infraestructura e implementación del proyecto
En turnos por semana los integrantes de la asociación se rotan para atender a los visitantes de lunes a domingo. Este último día es el que genera mayores ingresos, pues reciben de 40 a 50 comensales que en su mayoría eligen saborear el famoso plato a un costo de US$ 6.

Carlos Morales, de 19 años, es el más joven de los socios, se da tiempo para concluir su bachillerato y colaborar con la Asociación, “yo decidí participar de este proyecto porque prefiero trabajar en algo que es nuestro, antes que trabar en otro lugar, porque aquí siento que trabajo para la comunidad”.

Lino Bautista, morador, asegura que la comunidad de Vuelta Larga ha recibido muy bien está iniciativa, “todos somos parte de Cevicangre, directa o indirectamente, pues para la elaboración de la variedad de platos que se ofrecen en el restaurante los ingredientes se los compra a las familias que viven a los alrededores”.

“Ese ingreso ya significa una ayuda para su economía; además, los fines de semana que recibimos a mayor cantidad de turistas, la gente sale a vender frutas o artesanías. Nos sentimos felices de que este emprendimiento no beneficie sólo a los socios, sino a toda la comunidad”, explica Frecia.

Como parte del proyecto se ofrecen excursiones para observar los manglares, el turista puede convivir con la naturaleza y contagiarse del entusiasmo y la alegría que caracteriza a los lugareños al practica junto a ellos pesca artesanal mar adentro o disfrutar de viajes en lancha.

“Y queremos y vamos a crecer más”, dice.

Todos los socios aspiran a instalar un criadero de cangrejos, construir cabañas para brindar alojamiento e integrar a más habitantes de Vuelta Larga en sus proyectos que podrán realizarse, aseguran, con inversión, autogestión y, sobre todo, trabajo grupal.

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42. Queseria genera trabajo para familias de comuna


Tomada de la edición impresa del 15 de marzo del 2010 El Telégrafo

En la planta se elaboran diversos tipos de queso, a más de yogur, crema de leche y mantequilla.

Datos
De las 85 familias que son parte de Pueblo Nuevo, 45 se benefician económicamente de la actividad productiva de la quesería.
La fábrica de la comunidad es parte del consorcio de lácteos Funcoquerucom, formado por productores de Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Azuay, Cañar y Napo.

La Cooperativa de Ahorro y Crédito San Miguel de los Bancos fue creada por los habitantes de Pueblo Nuevo. La entidad ofrece seguro de desgravamen en los créditos, fondo mortuorio y protección en caso de accidentes personales.

Infórmate
El centro de comercialización comunitario, donde se venden los productos elaborados en la Quesería Pueblo Nuevo está ubicado en la carretera Calacalí-La Independencia en el cantón San Miguel de los Bancos.
Teléfono: (02) 3900602.
Los habitantes de Pueblo Nuevo basan su actividad productiva en empresas comunitarias.
Durante treinta años la producción de queso ha sido la fuente de ingreso de las familias de Pueblo Nuevo en el cantón San Miguel de los Bancos, en Pichincha.

La pequeña fábrica de quesos ha impulsado el desarrollo de esta zona y ha inyectado en sus pobladores el espíritu de progreso y emprendimiento que los incentiva a crear nuevas microempresas comunitarias.

Muy temprano el olor a leche fresca se percibe en los alrededores de Pueblo Nuevo, son los pequeños productores de la zona que en la mañana entregan a María Cargua el lácteo. De 500 a 3.000 litros al mes cada uno.

Ella, quien trabaja en la quesería desde hace siete años, cuenta que por cada litro de leche los socios reciben 0,35 centavos.

Con el apoyo de entidades suizas y la gestión de Mario Maldonado, presidente de la asociación de la zona, la quesería, que tiene once socios, emplea en la producción a seis familias y compra leche a 25 pequeños productores.

Además, esta “empresa comunitaria”, como la denominan los habitantes del lugar, beneficia a la población en general, porque sus ingresos contribuyen en el desarrollo de la educación.

“A través de la quesería se beneficia todo el pueblo, porque tenemos trabajo y la labor de cada uno genera ingresos que llegan a la comunidad. Eso nos hace sentir satisfechos”, dice Cargua, quien de 08:00 a 10:00 recoge el lácteo y en las tardes se dedica, junto con su esposo e hijo, a elaborar queso mozarella, trabajo por el cual recibe un pago extra.

La leche que recibe es llevada a la planta de producción, en el segundo piso de la fábrica, allí -según pedidos previos- se elaboran los diferentes tipos de queso: fresco, mozarella, andino y tilsit; yogur, crema de leche y mantequilla.

Vilma Ortiz, quien se encarga de la contabilidad, explica que la mayoría de productos se vende en el centro de comercialización comunitario, ubicado a un costado de la carretera Calacalí-La Independencia.

Este espacio fue creado por los propios socios con la colaboración del Consejo Provincial de Pichincha y la mano de obra de los pobladores.
Otra parte de la producción se vende en hosterías y restaurantes de Mindo.
Los ingresos por la venta de los productos se distribuyen entre la empresa, los trabajadores y obras sociales
De los ingresos que genera la venta de los productos, el 40% es destinado a fondos de capitalización, contribuciones para la escuela y obras públicas, un 30% es para los socios y con el porcentaje restante se compra la leche y se paga a los trabajadores, explica Maldonado.

Para Ortiz, el desarrollo de la fábrica se debe a la gestión permanente del presidente de la asociación, que ha generado -gracias al apoyo de los habitantes- un círculo productivo sustentable que involucra al pueblo y sobre todo a los estudiantes de la escuela Gabriela Mistral.

“Nuestros primeros y más exigentes degustadores son los niños de la escuela”, cuenta Maldonado. “Ellos conocen los secretos para producir el queso y pueden juzgar si está bien o mal hecho”, afirma.

Los menores adquirieron dichos conocimientos en su convivir constante con la quesería, pues las puertas de la planta siempre están abiertas para ellos, quienes observan atentos el proceso de elaboración y aprenden a ser parte del trabajo comunitario.

Muchos niños que ahora ya son jóvenes obtuvieron conocimiento de Marcial Ortiz Galárraga, quien aprendió las técnicas para procesar la leche y obtener queso maduro del suizo José Dubach, quien también enseñó esta actividad en Salinas de Guaranda.

Después de varios años de trabajar en la quesería, Galárraga lo dejó a causa de una enfermedad y únicamente se quedó su esposa Guillermina Palacios, de 63 años.

Ahora ella se encarga de vigilar el producto que está en el cuarto de maduración, antes se dedicaba al trabajo doméstico y al cuidado de animales. Desde hace 10 años forma parte de la quesería y diariamente disfruta de la labor que realiza.

El objetivo de Pueblo Nuevo es seguir creciendo y ser parte de esta experiencia comunitaria, que es generada a través de un emprendimiento participativo y sustentable que ha desarrollado en los pobladores nuevas ideas.

Actualmente, la comunidad tiene un orquideadero formado por once familias, quienes recolectan las orquídeas y las venden a Quito. Además, un grupo de pobladores se dedica a criar cerdos y quiere crear una pequeña fábrica de embutidos.

Para Maldonado, la población tiene los medios necesarios para que los nuevos proyectos surjan, pues solo bastan dos cosas: creer y querer. “Nosotros queremos que Pueblo Nuevo continúe con el proceso de desarrollo y creemos que cada uno de nosotros podemos contribuir de corazón para lograrlo”

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41. Proyecto con apoyo de Prefectura mejora la agricultura


Tomada de la edición impresa del 20 de marzo del 2010 El Telegrafo
Para la ejecución de las actividades productivas, el CG-Paute entrega insumos a los beneficiarios del programa.

Infórmate
Para conocer los proyectos que ejecuta el CG-Paute puede ir a las oficinas de la entidad, en Cuenca: calle Núñez de Bonilla 1-95 y Sebastián de Benalcázar.
O llamar a los teléfonos (07) 2868672 / 2865335 / 2862583 / 2862581 / 2802619. O ingresar a la página www.cgpaute.gov.ec
Desde 2008, más de cien agricultores de 2 parroquias reciben capacitación e insumos gratis.
En las parroquias de Solano y Cojitambo, en la provincia de Cañar, la vida de cientos de pequeños agricultores mejora cada día, gracias a la ayuda que reciben -desde 2008- del “Proyecto de Conservación de suelos”, que ejecutan instituciones públicas.

El plan, que se realiza con los campesinos que se encuentran en la zona de influencia del río Paute, es parte del convenio de cooperación interinstitucional suscrito entre el Consejo de Gestión de Aguas de la Cuenca del Paute (CG-Paute) y la Prefectura de Cañar.

De acuerdo con Iván Belasaca, técnico del CG-Paute, el proyecto tiene como objetivos implementar obras con sistemas agroforestales, silvopastura y forestales en las microcuencas del río Déleg, en Solano, y microcuenca del río Burgay Bajo, en Cojitambo.

“Estas actividades buscan mejorar el rendimiento del suelo y controlar el arrastre de sedimentos”, mencionó el técnico.

Para ello, se mejora las condiciones de vida de los campesinos de dos las zonas mediante la capacitación e implementación de actividades económicas como pastizales, cultivos y la producción agroforestal, basadas en la conservación del agua y el suelo.

Y la ayuda es continua. Por ejemplo, el mes anterior el CG-Paute entregó a los beneficiarios del proyecto varios insumos: 788 árboles pequeños de alisos y 4.702 de acacias, los cuales deben ser sembrados en las parroquias, además de 5.503 plantas de capulí, 3.385 de quinua, 5.189 de frutas varias y 556 libras de alfalfa.
Entre los principales objetivos de este proyecto está la conservación de las fuentes hídricas del río Paute
Adicionalmente, los agricultores recibieron 1.717 sacos del abono llamado “gallinaza”, 82 de fertilizante, 76 de cal agrícola y 600 sacos de abono orgánico.

De acuerdo con Belasaca, del proyecto se benefician 230 familias (145 de Cojitambo y 85 de Solano).

El monto del convenio es de 80.409 dólares, de los cuales el Consejo aporta con 35.874 dólares, el Gobierno Provincial con 22.871 y las comunidades con 21.664 dólares, mediante la mano de obra.

Juan Lema, productor maicero de la comunidad de Angaloma, en Cojitambo, es uno de los beneficiados de este programa. Manifestó que la iniciativa agroforestal le ha permitido alternar su tradicional cultivo con la siembra de árboles frutales de la zona.

Aseguró que los comuneros de ese sector de Cañar tienen un sentimiento de gratitud por la ejecución de este proyecto.

“Esta ayuda es buena para nosotros, por eso queremos más plantas frutales, como peras, manzanas, duraznos, capulí, etc., porque algunos (pobladores) aún tenemos terreno para seguir sembrando”, enfatizó Lema.

Además, manifestó que de la producción de frutas que tendrá en pocos meses, la mayor parte les servirá para comercializarla dentro de la parroquia y sus comunidades aledañas. Aunque no descartó la posibilidad de vender su producto en Azogues.

La otra parte de la producción, expresó el agricultor, será para el consumo familiar y para la alimentación de sus animales.

Y en la misma línea se encuentra Vicente Correa, de la parroquia Solano, quien agradeció la ayuda recibida por estas organizaciones, resaltando la entrega de abonos orgánicos, porque anteriormente la adquisición de fertilizantes químicos para sus cultivos le representaba gastos excesivos.

En su caso -dijo Correa- la producción servirá para la alimentación familiar y de sus animales.

“Tengo una vaca, que me da leche para mi consumo, por ello tengo que cuidarla. Y tengo entendido que lo mismo harán otros comuneros”, apuntó.

El tema de la capacitación es otro beneficio que han recibido. Según Belasaca, los temas que se imparte a los agricultores indígenas -entre otros- tratan sobre el manejo adecuado del cultivo, la implementación y elaboración de abonos orgánicos, y el control de suelos.

Sin embargo, para que estas ayudas se fortalezcan, estas y otras comunidades esperan que el CG-Paute, el Consejo Provincial o, en su defecto, la Secretaría Nacional del Agua les ayuden con la construcción de canales, albarradas o cualquier sistema de riego, que les permita transportar el agua hacia sus cultivos.

Dicho pedido es porque desde hace semanas estos sectores del austro sufren una época de sequía, que han ocasionado que algunos cultivos se vean afectados. “Por acá está seco por la falta de lluvias, y por nuestra ubicación se nos dificulta traer agua para la planta”, mencionó Correa.
A Jadán también llega la ayuda
Con la finalidad de ejecutar acciones de forestación en áreas degradadas y la protección biológica de las fuentes hídricas, el Consejo de Gestión de Aguas de la Cuenca del Paute (CG-Paute) y la Junta Parroquial de Jadán, en Azuay, entregaron en la parroquia 34.000 plantas entre nativas y exóticas como: chachaco, aliso, pumamaqui, sauce, gañal y eucalipto, que serán sembradas por los pobladores a través de mingas.

Esto por medio de un convenio de cooperación interinstitucional suscrito entre el CG-Paute y Junta de la parroquia para la ejecución del proyecto “Manejo de las fuentes hídricas y recuperación forestal de la microcuenca del Jadán”, que beneficia a cientos de pequeños agricultores de la zona.

El monto del convenio es de 50.994 dólares, de los cuales el Consejo aporta con 39.845, la Junta Parroquial de Jadán con 1.700 dólares y los beneficiarios del proyecto con 9.450, valorados en mano de obra no calificada. (GMP)

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40. Productores de cacao organico con apoyo de Caritas


Tomada de la edición impresa del 03 de marzo del 2010 EL TELEGRAFO

En Puerto Quito 120 productores se dedican a sembrar el producto orgánico de cacao.

La pureza del cacao orgánico comercializado por Biofasca cuenta con el certificado Ecocer que le permite ingresar a mercados como Estados Unidos y Europa.

Biofasca adquirió una máquina procesadora de cacao con la que se espera en algunos meses empezar a producir chocolate y comercializarlo dentro del país.

La Fundación Caritas a través del Programa Bancos Comunales entregará 200 mil dólares en créditos para incentivar la producción de los agricultores de Puerto Quito. El monto por persona será de 600 dólares a un año plazo. Los requisitos son la copia de la cédula, no estar en la Central de Riesgo y ser parte de Biofasca.

Infórmate
Biofasca está ubicada en la Av. 18 de Mayo, en la entrada norte a Puerto Quito.
Para conocer más sobre este proyecto contactarse con Mauricio Erazo al (02) 2156 246
La Fundación Caritas se encuentra en Santo Domingo para comunicarse escribir al e-mail: fundacioncaritas@andinaet.net
Agricultores reciben el 21 por ciento más del precio que el producto tiene en el mercado.
Desde hace cinco años que la Fundación Caritas de la Diócesis de Santo Domingo inició un proyecto de capacitación y comercialización de cacao orgánico y cambió la situación para los productores del grano de Puerto Quito, Santo Domingo, Los Bancos y La Unión en Esmeraldas.

Son 190 productores los que entregan el cacao directamente a Biofasca, empresa creada por la fundación para almacenar y comercializar el producto. En el lugar los productores reciben el 21% más del precio establecido en el mercado.

Jesús Ramos, productor de cacao de Puerto Quito, posee dos hectáreas de cultivos de cacao fino de aroma, lleva quince años dedicado a la producción y desde 2004 decidió cambiar y cultivar cacao orgánico.

Cada quince días Ramos y su familia trabajan un día entero en la cosecha de las mazorcas de cacao y luego de un proceso de siete días las envían a Biofasca.

Anteriormente, Ramos, al igual que otros productores, vendía su producción a un precio muy bajo porque no tenía otra alternativa de comercialización que la de entregársela a intermediarios.

Pero el beneficio no solo es para quienes lo producen sino también para quienes lo consumen por ser un producto saludable. Por ejemplo Tránsito Tarqui empezó a cultivar cacao orgánico cuando se inició el programa de Biofasca. Actualmente posee 4 hectáreas y entrega de dos a tres quintales mensuales.

Para ella el principal beneficio obtenido son las capacitaciones que han sido una guía para producir de forma orgánica y así contribuir con el cuidado del medio ambiente.

“Espero que se valore más el trabajo orgánico que estamos haciendo, porque requiere mucho trabajo para cultivar y el precio que se paga es bajo, pero a pesar de ello me siento satisfecha porque sé que estoy cultivando algo sano, y así cuido la salud de mi familia y conservo la naturaleza”, señaló.

Para Mauricio Erazo, coordinador del proyecto, el objetivo que impulsó la capacitación de los agricultores en cultivos orgánicos de cacao y la creación de la fábrica fue dar valor y fomentar el trabajo de los agricultores.

Al inicio del proyecto se invirtieron 20 mil dólares en capacitación, para impartir técnicas necesarias que les permita cultivar cacao orgánico y mejorar su producción. “Antes se obtenían 4.5 quintales por hectárea, ahora pueden tener entre 8 y 15 quintales por hectárea al año”, aseguró Erazo.

Las capacitaciones fueron impartidas por el Gobierno Provincial de Pichincha y el Municipio de Quito, quienes junto a la Fundación Caritas colaboraron con el financiamiento necesario.
135 dólares es el precio que se paga a los productores por cada quintal de cacao orgánico
Posteriormente, gracias a la gestión del Plan Esperanza de la Conferencia Episcopal se invirtieron 240 mil dólares en infraestructura y maquinaria para la implementación del centro de acopio y la fábrica donde se procesa el cacao. Biofasca recibe cacao seco y en baba que es fertilizado y secado, evitando que los productores realicen el proceso, lo que les genera gastos y pérdida de tiempo en la entrega del producto.

El mes anterior Ramos entregó a Biofasca dos quintales de pepa de cacao orgánico a 135 dólares cada uno. Este producto junto al de otros productores es vendido a Cofina. Esta empresa guayaquileña, que exporta el cacao a Francia, compra de 270 a 300 toneladas de pepa de cacao fino de aroma al año.

Otra parte de la pepa es utilizada para la producción de pasta y manteca de cacao. Desde hace tres años en la fábrica se elabora este producto que a través de Rantinpak -comercializador de productos orgánicos- es exportado a Francia donde se produce chocolate artesanal.

También se comercializa en Camari, y localmente en la zona del noroccidente, en Quito y en Santo Domingo.

Al mes se vende alrededor de una tonelada de pasta de cacao y con los ingresos generados se compra a un mejor precio la pepa de cacao al agricultor.

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39. Pequenos productores logran beneficios con Camari


Tomada de la edición impresa de El Telégrafo del 03 de noviembre del 2009

En las tiendas Camari se pueden apreciar gran variedad de artículos adquiridos a los productores.

Datos
La organización fue creada en 1981 por el grupo social FEPP, fundación que trabaja por el desarrollo de los sectores populares ecuatorianos.

Existen grandes importadoras de comercio en Italia, Alemania, España, Canadá, Francia, Estados Unidos, Japón, Australia y Suiza que adquieren los productos comercializados por Camari.

La entidad ofrece a los productores manejo de postcosecha y aseguramiento de calidad, servicio y asistencia técnica en diseño de productos artesanales.

Infórmate
A través de un catálogo electrónico se pueden conocer los productos de estos pequeños fabricantes en el sitio web www.camari.org.

En Quito, la tienda de Camari está ubicada en la Marchena OE 238 y Versalles. Teléfonos: 2549407 /2567112.
A través de un sistema de comercialización, emprendedores venden sus productos a precios justos.
Desde 1989, Irene Guillén forma parte de la Unión Artesanal Masapán Calderón donde trabajan 20 personas elaborando figuras de masapán.

Cuando inició este pequeño emprendimiento, lo más difícil fue encontrar un mercado para vender sus productos. Pero ahora las artesanías de Guillén y del resto de sus compañeros son exportadas a Estados Unidos.

El negocio va bien en la actualidad, pero no olvidan los años difíciles.

“Entregábamos artesanías en las tiendas, pero nos explotaban, nos pagaban poco por ellas y muchas veces ni siquiera nos pagaban. Sentíamos que nuestro trabajo no era valorado como se debía”, recuerda la artesana.

La situación cambió hace 18 años cuando la microempresa se contactó con Camari (Sistema Nacional de Comercialización Solidario), que busca apoyar e impulsar la producción de los pequeños productores.

Para Guillén la relación establecida con Camari permitió el desarrollo de los 20 artesanos, que ahora consideran que sus productos son valorados en el país y en otros lugares del mundo.

Pero no solo ellos se han beneficiado con el trabajo de la organización, pues también colabora con comunidades campesinas y organizaciones urbano-marginales, que han encontrado una forma justa de comercializar y promocionar sus productos.

Teodoro Méndez, del Consejo de Asociaciones Artesanales de Bienes Agrícolas y Agropecuarios, es un testigo de esta ayuda. Él pudo comercializar sus cosechas de fréjol por la gestión realizada por este sistema solidario.

“Actualmente vendemos el producto a diferentes clientes, pero al comercializarlo con Camari accedemos a buenos precios”, afirma.

Y ese es el objetivo del sistema. “Esta organización se crea por la necesidad de contar con un sistema solidario que esté directamente relacionado con el productor y con el cliente externo, para así evitar la intervención de un intermediario”, comenta Antonio Santillán, director de Camari.

Mientras que Vilma Allauca –también de la organización- asegura que lo más importante es cumplir con los principios del comercio solidario: el respeto al medio ambiente, la no utilización de niños en la producción, equidad, justicia social, precios justos, respeto a los derechos humanos y promoción del productor.

Además, la relación entre los productores y el comercializador se realiza de forma voluntaria. La mayoría de agricultores y artesanos se contacta con la entidad, presenta sus productos y tiene un espacio para venderlos en las tiendas ubicadas en Riobamba, Latacunga, Coca, Cuenca y Quito.
Cumplir con los principios del comercio solidario entre los beneficiados es uno de los objetivos que busca Camari
También se les ofrece la posibilidad de contactarlos con clientes extranjeros, que -por lo general- pertenecen a la red de organizaciones de comercio solidario.

Para establecer el precio de comercialización, las partes analizan los gastos en materiales, mano de obra y volumen. Al valor resultante se le suma un 30 ó 35 por ciento.

De acuerdo con datos de Camari, de enero a octubre del presente año solo en Quito se han comprado 1’212.882 dólares en productos.

Santillán resalta que la organización no busca tener ganancias económicas, sino sociales. “Nosotros medimos nuestras utilidades de forma diferente, porque no podemos darle valor a las más de 95 mil familias que trabajan con nosotros”, destaca.

En Quito, la tienda de Camari está llena de novedosos y diversificados productos: confiterías hechas con aceite de soya, chocolates de Salinas de Guaranda, artesanías de masapán y de paja toquilla, carne de soya, legumbres orgánicas, café de quinua, panela, entre otros.

Mientras que, en la vitrina central del almacén se encuentran jabones, cremas, champúes, aceites para masajes hechos a base de hierbas naturales. Todos estos productos pertenecen a la Fundación Chankuap de Macas, que está integrada por 30 familias.

En cambio, en el área de artesanías de la tienda hay una gran diversidad de estos productos, en una de las vitrinas se exhibe bisutería de tagua elaborada por jóvenes del taller Yurac Muyo, que desde hace 12 años comercializan sus productos a través de Camari.

El grupo recibe al año dos pedidos grandes de 4.000 piezas terminadas. “Se nos ha abierto el mercado. Toda la artesanía que entregamos se va más al extranjero”, comenta Olga Guayaquil, una de las artesanas.

Adicionalmente, los integrantes se han beneficiado con capacitaciones sobre asociatividad y diseño dictadas por expertos italianos contratados por Camari

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38. Produccion del platano se expande en el Carmen


Tomada de la edición impresa del 09 de junio del 2010 El Telégrafo
El ministro de Agricultura, Ramón Espinel, espera que el sector se reactive pronto.
El Presidente de Fenaprofe indicó que el cantón El Carmen, provincia de Manabí, tiene una extensión de 60 mil hectáreas de plátano, de las cuales se exportan 200 mil cajas por semana.
Con el propósito de escuchar sus necesidades y adoptar las medidas que permitan la reactivación del plátano barraganete, el ministro de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca, Ramón Espinel, se reunió con la Federación Nacional de Productores de Plátano del Ecuador (Fenaprofe).

El presidente de Fenaprofe, Luciano Martínez, indicó que el cantón El Carmen, provincia de Manabí, tiene una extensión de 60 mil hectáreas de plátano, de las cuales se exportan 200 mil cajas por semana, es decir, el 85% de la población se vincula directa o indirectamente a la producción platanera y a su comercialización.
Durante la reunión, un grupo de intermediarios solicitaron extender el plazo para su legalización, que se estipula en el Decreto Ejecutivo 114, del mes de octubre de 2009, publicado en el Registro Oficial 062, del 9 de noviembre de ese mismo año.

Los miembros de este sector se legalizarán mediante asociaciones, cooperativas o representaciones, que les permitirán convertirse en comercializadores directos y recibir los beneficios que otorga el Gobierno a quienes se dedican a esta actividad.

El ministro Espinel aseguró que los intermediarios pasarán a ser comercializadores, ya que son parte de la cadena de la fruta, por lo tanto tienen que trabajar de manera coordinada con los productores, principalmente en lo que tiene que ver con la comercialización.

El Ministro se comprometió a elaborar un acta de compromiso que establezca un período de 90 días, para que los comercializadores legalicen su actividad prohibiendo a las compañías comprar plátano barraganete a aquellos que no están legalizados.

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37. Piscicultores legalizan criaderos y reciben apoyo


Tomada de la edición impresa del 22 de febrero del 2010 EL TELEGRAFO
En Píllaro, Tungurahua, la Subsecretaría de Acuacultura entregó, el pasado viernes, documentos de regularización de actividades a ochos propietarios de criaderos de peces.
Datos
Según un censo realizado en 2008 por la Subsecretaría de Acuacultura, en la Amazonía existían 1.500 criaderos de peces nativos.

Mientras que en la región interandina existían alrededor de 300, en los cuales predomina el cultivo de trucha.

La Subsecretaría comenzó con un plan de fomento de la piscicultura en la Costa, que consistía en la entrega de alevines (cría de peces).

La entidad también comenzó con talleres en las zonas de piscicultores para mejorar la producción.

Infórmate
Para legalizar la actividad los piscicultores pueden contactarse con la Subsecretaría de Acuacultura, a los teléfonos: 042 681005. O acudir al piso 12 del edificio del Gobierno del Litoral, ubicado en Guayaquil, en la ciudadela Kennedy Norte, avenida Francisco de Orellana y Justino Cornejo.
También se puede contactar a través del correo electrónico: información@acuacultura.gov.ec.
Una vez formalizados, ahora quieren créditos y asistencia técnica de la Subsecretaría.
En un acto sencillo, ocho piscicultores de Tungurahua y Cotopaxi recibieron los primeros acuerdos ministeriales de parte de la Subsecretaría de Acuacultura, que es el permiso que otorga el Estado para ejercer sin inconvenientes la actividad.

Aquellos beneficiarios de este programa de regularización piscícola, que empezó a difundirse desde agosto de 2009 a través de la campaña “No nades contra la corriente”, son -por el lado de Cotopaxi- Luis Rocha Tipán, la Comuna Ashigua y Carmen Chacón Guzmán, de Latacunga; y Víctor Falcón Venegas, de Pangua.

Mientras que por Tungurahua fueron formalizados los criaderos de Gonzalo Freire Iturralde y Carlos Vaca Ruiz, de Patate; y de Silvio Palacios Alarcón y Roberto
Villarroel Araujo, de Baños.

El subsecretario de Acuacultura encargado, Diego Gallardo, quien participó el pasado viernes del evento, realizado en la hacienda El Porvenir, en Píllaro, indicó que debido al bajo índice de beneficiarios, el programa, que debió finalizar días atrás, se extenderá hasta el 31 de marzo próximo.

Para ello, la entidad envió una propuesta al ministro de Agricultura, Ramón Espinel, para que apruebe dicho pedido. “Solo esperamos que dé su aprobación final en esta semana”, afirmó Gallardo.

El funcionario formuló un llamado al resto de los 600 piscicultores -que se presume existen en la región andina del país- para que también inicien el proceso de regularización. Por lo pronto, alrededor de 200 trámites se encuentran en la Subsecretaría, los cuales siguen su proceso normal de aprobación.

En la Amazonía se prevé que hay más piscicultores, ya que en esa área la actividad tiene mayor aceptación, pero el ente de control no tiene datos reales.

Entre los requisitos que debe presentar un piscicultor constan un estudio técnico económico, los planos del criadero y la historia de dominio del bien, el Registro Único del Contribuyente (RUC), puntos que están estipulados en el reglamento de la Ley de Pesca.

“Y como ayuda al productor, hemos acortado el tiempo de aprobación del trámite, así como su costo, que ahora será de cero dólares… Lo que nos importa es que por lo menos ingresen sus trámites, que nosotros los concluiremos”, apuntó Gallardo.

La idea de este proceso es conocer la realidad del sector: cuántos productores hay y el volumen de producción, a fin de canalizar ayuda a los vinculados en esta actividad con la ejecución de proyectos y la entrega de créditos a través de la banca pública, entre otros requerimientos..

Precisamente, eso es lo que harán los primeros ocho piscicultores regularizados la semana anterior.

Gonzalo Freire, productor de truchas de Patate desde hace quince años, dijo que el documento adquirido lo ayudará, sobre todo, porque les facilitará la consecución de créditos, ya que la actividad que ejerce junto a su familia la ha desarrollado con recursos propios.

Aproximadamente 5.000 truchas produce cada cuatro meses en su sector, las cuales son comercializadas en Baños y sus alrededores.
200 trámites de legalización, aproximadamente, revisa en la actualidad la Subsecretaría del ramo
“Por lo menos para empezar necesitamos unos 10.000 dólares, para invertirlos en la seguridad de los canales, porque con las truchas hay muchos riegos cuando aumentan las lluvias. Además, construir paraderos para atender a la gente que compran los peces”, manifestó Freire.

Otros de los requerimientos que solicitará -mediante la Subsecretaría- es la asistencia y capacitación técnica para trabajar con mayor eficiencia en la piscicultura.

De esta iniciativa también resultaran beneficiados otros piscicultores, ya que tiene la idea de formar un asociación con otros veinte productores de la zona.

Por su parte, Silvio Palacios, presidente de la Asociación El Colibrí, en Baños, afirmó que el crédito que ahora piensa adquirir –también de 10.000 dólares- lo invertirá en un paradero turístico, donde podrá preparar la trucha al cliente directamente, y en otras necesidades.

Sin embargo, la situación no es del todo satisfactoria. El precio actual de comercialización de los peces es bajo en comparación con el costo de producción.

“A 3,50 dólares el kilo vendemos, pero no es tan rentable, porque subió el alimento para peces, y nosotros no podemos aumentar el valor del producto, porque perdemos clientela… Ese precio lo mantenemos desde hace 3 años”, mencionó Palacios, quien acotó que los integrantes de la asociación piensan dar un valor agregado para cobrar más por la trucha.

En promedio producen alrededor de 400 kilos de truchas a la semana.

A más de comercializar el producto en Baños, Ambato y otras ciudades, los piscicultores no pierden la esperanza de exportar las truchas en pocos años
De acuerdo con estimaciones de la Subsecretaría de Acuacultura, en los próximos 30 días se entregarán más legalizaciones.

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36. Pesca lidera el desarrollo de Manabi


La diversidad que brinda el mar con sus productos y su abundancia marcan el desarrollo de Manabí. La pesca se ha convertido desde la década de 1950 en el motor dinamizador de la economía provincial. El turismo y el agro complementan los ejes de superación de sus 1 186 025 habitantes distribuidos en 22 cantones.

La industria pesquera se concentra en Manta, Montecristi y Jaramijó. La industria de los procesados del mar puso sus cimientos en esos tres cantones. Todo empezó por 1949, cuenta Mónica Maldonado, directora ejecutiva de la Cámara de Industriales y Procesados del Atún (Ciepa).

El desarrollo del sector lo ha catapultado a ubicarse en uno de los rubros de importancia en la actividad de generación de divisas para el país. Solo el movimiento de materias primas del sector con 15 empresas representa un movimiento de USD 60 millones cada dos meses, dice Maldonado.

De allí los eslabones de la cadena siguen sumando. 30 000 plazas de trabajo directas y otras 80 000 indirectas.

La calidad en todo el proceso productivo, desde la extracción hasta la salida del producto final para su exportación a los mercados de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, ha servido para posesionar al sector pesquero de la provincia en el ámbito nacional e internacional.

A juicio de Maldonado, la responsabilidad social con la generación de fuentes de trabajo es uno de los mayores logros de la industria de los procesados del mar. Los peces estrella de todo este andamiaje son el atún y una docena de especies de carne blanca, entre ellos el dorado y el espada.

La flota atunera está conformada por 123 naves con capacidades de entre 200 a 3 000 toneladas. Además existen 140 botes de madera y 4 000 lanchas de fibra de vidrio utilizados para la pesca blanca.

El agro concentra el 25% del total de la población de Manabí. Alfredo Chiriboga, técnico agropecuario, asegura que más de 250 000 personas aún viven en las zonas ancestrales de la campiña manabita. Ellos se dedican a la agricultura.

Según Chiriboga, ahora se trabaja la tierra solo para producir para los mercados locales. Lo ideal será aprovechar el sistema hídrico con dos represas, tres trasvases, canales y los sistemas de riego Carrizal Chone I y II para impulsar la siembra en grandes extensiones y así frenar la migración interna que cada año aumenta.

El turismo se mantiene y bien. Celia Higuera, presidenta de la Cámara de Turismo de Manta, asegura que Manabí -pese a los inconvenientes viales que se están resolviendo- está ubicada en tercer puesto a escala nacional, como destino de mayor afluencia de visitantes.

Higuera asegura que la presencia del Puesto de Avanzada Estadounidense por sus siglas en inglés (FOL) fue determinante para que la provincia sea conocida a escala mundial y seduzca a los inversionistas. Todo está allí; hay más hoteles no solo en Manta, la edificaciones se incrementaron en toda la provincia.
El sector turístico de la provincia se alista para hacer frente a la temporada de playa 2010. Ya tienen listo el nuevo eslogan. Será “Ven a Manabí yo quiero”. Este reemplaza al anterior “Ven a Manabí primero”. Según los consultados, el sector inmobiliario también se benefició con la presencia del FOL en Manta.
Manabí tiene un gran potencial en el agro que aún no es explotado en toda su capacidad.
Para Gustavo Núñez, empresario del sector de procesados de atún, la provincia se puede convertir en el granero del país, todo depende de la optimización de los recursos existentes como presas de almacenamiento de agua y canales de riego.

En el panorama de la economía manabita, asegura Núñez, resultó fundamental el Puesto de Avanzada Estadounidense. Además, cree que la vialidad es un problema pendiente que beneficiará a los sectores productivos.
En los últimos 15 años tres ejes potencian el desarrollo de Manabí: pesca, turismo y agricultura. ¿Sobre esa base se puede seguir impulsando a la provincia?
Hay que hacer un poco de historia. El arribo del Puesto de Avanzada Estadounidense (FOL, por sus siglas en inglés) a Manta en 1999 fue el punto de partida para que lleguen inversionistas a Manabí, en especial a Manta, con sus capitales en busca de negocios prósperos. Uno de los sectores que ha crecido a ritmo vertiginoso tanto en Manta como en Portoviejo es el inmobiliario.
¿Por qué el FOL de Estados Unidos fue puntal para el despegue de Manabí en la última década?
Es simple. Los americanos llegaron a Manta y no había la infraestructura para recibirlos. Se tuvo que construir edificios de apartamentos, ya había un hotel cinco estrellas, pero se edificó uno nuevo. El transporte aéreo y terrestre también mejoró, había nuevos huéspedes acostumbrados al buen trato.
¿Hay un sector en especial donde se note mayor inversión?
Por supuesto. En estos 12 años últimos años, las empacadoras de atún y mariscos generan la ocupación de unas 30 000 plazas de trabajo. Por ello la capacidad de producción de atún y otros productos del mar abarcan el 70% de la producción nacional instalada en Manabí.
¿Entonces está generación de empleo dinamizó a la economía local?
De hecho así es. A los empleos directos hay que sumar los indirectos como gente inmersa en el manejo de insumos, materiales de limpieza, transporte, artesanos, entre otros.
¿Dónde están los ejes de desarrollo de Manabí?
Hay potencial indiscutible sobre el eje industrial en Manta, Montecristi y Jaramijó. En el centro de la provincia todo gira en torno a Portoviejo, allí hay un potencial inmenso que hay que aprovechar. Solo es cuestión de tiempo y ese sector será en granero del país.
¿En la provincia existe potencial para la agroindustria?
Está allí. Tenemos los proyectos de riego Carrizal Chone I y II. A ello se suma el proyecto propósito múltiple Chone. La producción que se logre se puede exportar a través del puerto y del aeropuerto de Manta.
¿Cuál es la proyección en el tema turístico?
Todos los cantones ubicados en el perfil costanero de la provincia pueden y deben ser potenciados. De norte a sur, sus inigualables playas con paisajes de película están en la mira de inversionistas locales, nacionales y extranjeros.
¿Hay problemas por resolver?
Sí, y uno de ellos es en la parte vial. Con buenas carreteras que permitan una conexión dinámica con Pichincha, Guayas y otras provincias serían las perspectivas de esta región.
¿Faltó el aspecto político para que Manabí alcance su desarrollo?
Pienso que ha faltado liderazgo. Allí los diferentes representantes elegidos por el pueblo debieron potenciar a la zona. Al no haber un liderazgo visible, la presencia política no existe definitivamente.

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35. Pequenas microempresas reciben apoyo emprendedor


Tomada de la edición impresa del 28 de noviembre del 2009 El Telégrafo

Las integrantes de Manos de Todas elaboran diversos tipos de adornos. Ahora realizan artículos navideños.

Datos
Los proyectos fueron entregados desde los primeros meses de 2009.

Tres meses, aproximadamente, demoró el estudio de las propuestas y capacitación que recibieron los microempresarios.

El 22 de octubre las 62 personas se graduaron como microempresarios.

El proyecto incluye un acompañamiento durante siete meses para fortalecer los negocios.

En el presupuesto también está contemplado un rubro para publicidad y promoción.

La Cooperativa De Todas tiene 4.500 socios, en su mayoría, mujeres.

Infórmate
La Cooperativa de Ahorro y Crédito De Todas está ubicada en Eloy Alfaro 2114 y Camilo Destruge, en Guayaquil. Atiende a personas de Guayas y Santa Elena.
Teléfono: 04 6016851
Para comunicarse con el Instituto de Economía Popular y Solidaria llamar al teléfono: 02 2563252, o al Ministerio de Inclusión Económica y Social: 02 2520363
Tres negocios relacionados con turismo, manualidades y eventos se crearon con aporte estatal.
Sesenta y dos personas de la ciudad cristalizaron su sueño de tener un ingreso económico seguro. Este paso importante lo consiguieron a través de la creación de tres microempresas.

Los negocios se dedican a la prestación de servicios turísticos, a la organización de eventos y fabricación de artesanías. Los dos primeros dan trabajo a 20 personas y el último a 22.

Una de las microempresas es Manos de Todas, que surgió desde hace tres años en la casa de Betty Arroyo, donde varias mujeres se reunían diariamente para aprender y poner en práctica sus habilidades manuales.

Y ahora, gracias al apoyo de la Cooperativa De Todas y un proyecto que presentaron al Instituto de Economía Popular y Solidaria (IEPS), adscrito al Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), han logrado conformar el negocio.

Las integrantes de Manos de Todas han encontrado en las artesanías una forma de sentirse productivas en sus hogares. Actualmente comercializan por cuenta propia los productos que elaboran.

La líder de este grupo de emprendedoras, Arroyo, señaló que el IEPS les entregó 12 mil dólares para que inicien su emprendimiento.

Además, las artesanas son invitadas a las ferias que realizan municipios o el MIES en diferentes lugares del país.
Previamente a la creación de sus negocios, los miembros recibieron capacitación
en administración

“La última feria a la que fuimos fue en Santa Elena, presentamos todos los artículos navideños que elaboramos y todos los vendimos; además, nos entregaron un premio por la mejor exhibición”, mencionó Elsa Torres, quien elabora coronas, centros de mesa y candelabros navideños, entre otros artículos.

De esta misma forma el grupo que integra la Empresa Comunitaria Islatur, recibió el apoyo del IEPS.

El negocio nació legalmente hace tres meses y está enfocado en el turismo en la Isla Trinitaria, al sur de Guayaquil. En este caso, el aporte del Gobierno fue de 27 mil dólares, con una contraparte de los microempresarios del 20% (aproximadamente 6.000 dólares).

Con este dinero se tiene previsto adquirir dos embarcaciones fluviales y construir dos muelles, manifestó Angélica Godoy Landázuri, líder del grupo.

La microempresa la integran hombres y mujeres que se dedican desde hace 20 años a transportar a las personas desde y hacia la Isla Trinitaria. “Hasta hace poco utilizábamos una canoa y se cobraba 15 centavos por cruzar”, dijo Godoy.

La dirigente señaló que este servicio es utilizado por el bajo costo, pero lo que recibían los canoeros diariamente no les alcanzaba para mantener a sus familias.
Por ello, el grupo se reunió con representantes de la Marina y acordaron que el precio de transportación será de 25 centavos.

Pero la microempresa también ofrecerá servicios turísticos. Godoy explicó que los usuarios podrán dar un paseo fluvial y conocer la historia de la isla, aunque la tarifa para este recorrido aún no está definida.

También se instalarán locales para la venta de botellas con agua, gaseosas, jugos, entre otros alimentos. “Será otra forma de generar empleo”, manifestó la dirigente.

Otro negocio beneficiario del aporte económico del IEPS es Evento de Todas, que se dedica a la organización de fiestas y reuniones.

Aunque todavía no está lista la oficina de la microempresa, que estará ubicada en el primer piso de la Cooperativa De Todas (ver Infórmate más), las 20 mujeres que integran esta iniciativa ya han brindado sus servicios en varios eventos.

“Hemos organizado almuerzos y entregado coffee breaks en algunos eventos del MIES y de la cooperativa”, señaló Susana Valenzuela, integrante del negocio.

Evento de Todas recibió un aporte de 8 mil dólares y cada socia tiene que aportar con 80 dólares como contraparte.

Las integrantes -dijo Valenzuela- no reciben el dinero directamente sino que son acompañadas por una representante de la cooperativa al momento de realizar las compras de las cosas que necesitan para el evento.

Previamente a la creación de las microempresas, los beneficiarios recibieron capacitación en administración de empresas y todo lo que tiene que ver con un negocio. “Todas somos importantes y por eso debemos dar lo mejor de nosotros para tener éxito”, indicó Arroyo.

Asimismo, tienen claro que cada uno debe recibir un sueldo y que las utilidades deben ser repartidas posteriormente. “Estamos conscientes de que al principio será muy difícil y nos tocará hacer sacrificios hasta poder ver las ganancias”, acotó Godoy.

Las empresarias realizan las compras con el acompañamiento de una asesora de la cooperativa de crédito, entidad que recibió el capital. “No es solo dar dinero, queremos asegurarnos de que sea un negocio sostenible, que genere un ingreso digno para sus familias y que, además, produzca otros empleos”, destacó Mariana Giler, representante de la cooperativa.

Esta modalidad de negocios asociativos -según Giler- es la mejor forma de generar microempresas.

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34. Negocios inclusivos de grandes ayudan a los proveedores


Tomado de Diario Expreso del 8 de Diciembre de 2009

Un convenio asegura al comprador y el precio

Las cadenas industriales les facilitan financiamiento, asesoramiento, asistencia técnica e insumos; les compran la totalidad de la producción a precio oficial, con lo que dinamizan la economía.
Consumidor. Joela Moncayo compra un litro de yogur en un minimarket de Sauces VI. El producto se elabora con materia prima obtenida a través de negocios inclusivos.
Pronaca, Toni, Induagro, Reysac, Agripac y Cofina, entre otras empresas, tienen algo en común: ayudan a mejorar la situación de sus proveedores.
Toni empezó en 2008 a comprar leche a un grupo de ganaderos que tenía 5 reses cada uno, hoy poseen 20. Crecieron porque la empresa los asesora para mejorar su producción y les compra a precio oficial.
Un caso parecido es el de 100 agricultores de Balzar que en 2008 se asociaron con Pronaca para recibir crédito, insumos, asesoría y un mercado seguro y a precio pactado. Este año son 200 asociados y el rendimiento de producción de maíz es casi el triple.
Ambos casos y otros 50 en el país son parte del proyecto Negocios Inclusivos, iniciado por varios organismos como el Consejo Ecuatoriano de Desarrollo Sostenible (Cendes), el Servicio Holandés de Cooperación y Desarrollo (SNV) y la participación de entidades como la Cámara de Industrias de Guayaquil y algunos organismos estatales.
La gerenta de Desarrollo Económico del SNV, Lourdes Luque, dice que hace 20 años el SNV inició su asesoría en áreas rurales y logró la participación de muchos agricultores, pero con pocos resultados efectivos en la lucha contra la pobreza. El SNV tiene experiencia en el campo y se asoció con el Consejo Mundial para el Desarrollo Sostenible, y junto al Cendes desarrollan varios programas pilotos.
El Gobierno también participará en esta modalidad. Hace tres semanas el presidente Rafael Correa anunció que en enero se iniciarán negocios rurales a través de empresas, para lo cual abrirá líneas de créditos.
Negocios inclusivos busca insertar a los pobres en las cadenas de valor. Los participantes reciben capacitación, asistencia técnica, semilla, crédito y un mercado fijo.
En el caso de Pronaca, la empresa debió levantar un censo e intermediar ante organismos de crédito para el financiamiento de los cultivos. “Debimos asesorar a los agricultores hasta en la legalización de sus tierras para que las puedan hipotecar”, señala Juan Carlos Villacís, de Pronaca.
En el primer año del proyecto, los sembradores de maíz recibieron crédito, insumos y asesoría, y los resultados fueron que triplicaron el rendimiento de sus cultivos. Antes cosechaban un promedio de 40 quintales por hectárea y ahora obtienen hasta 120, dice Luis Bakker, presidente de Pronaca.
Jaime Rumbea Dueñas, quien manejó el programa Negocios Inclusivos de la Cámara de Industrias de Guayaquil, cree que el plan es exitoso. Muchas compañías han obtenido experiencia e involucrado a su cadena productiva a pequeños productores, lo que convierte al sistema en un buen negocio para las partes, a la vez que genera riqueza.
Hemos firmado un convenio con la Asociación de Industriales Latinoamericanos (AILA) para difundir e implementar el modelo de negocios inclusivos en el Ecuador y en sus países miembros.Robert de Jongh,
Director regional SNV

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Lunes, 07 de Diciembre de 2009 - 23:34 EXPRESO
Un convenio asegura al comprador y el precio
Cosecha. José Gerardo Bravo revisa las mazorcas de maíz en su cultivo en el sitio San Ramón de la parroquia El Maicito, del cantón Balzar. Su cosecha se la vende a Pronaca.
José Gerardo Bravo cultiva siete hectáreas de maíz en Balzar, junto a sus 7 hijos, y desde que firmó un convenio, dentro del programa negocios inclusivos, con la empresa Pronaca, recibe asesoramiento técnico, aval para crédito e insumos; además, la empresa le transporta el producto, le paga el precio oficial y le hace retención para pagos.
“El sistema me resolvió muchos problemas y ahora mis tierras rinden casi tres veces más. Mi familia tiene trabajo seguro, los costos son menores y la utilidad mayor”.
Varios de sus vecinos han solicitado ser incluidos en el programa de esa empresa.

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viernes, 25 de junio de 2010

33. Mujeres consolidan una banca comunal con apoyo de ONG


Tomada de la edición impresa del 03 de abril del 2010 El Telégrafo
Patricia Alvarado es una de las 125 socias que han obtenido créditos en el banco comunal.

Datos
El banco comunal inició con 25 socias en 1999 y el 7 de abril de 2004 ingresaron 50 más. Actualmente son 125 socias y se prevé que hasta fin de año sean 250.
Para obtener los créditos debe vivir en la comunidad, ser mayor de edad, tener su propio negocio o la idea clara de lo que quiere hacer.

Participar en las capacitaciones que se dan constantemente a las integrantes.

Las socias deben aportar inicialmente US$ 2 y después semanalmente se dará US$ 0,50 para mantener el flujo de caja.
La intención no es solo mejorar la economía familiar, sino también valorar la identidad afroecuatoriana.

Con el objetivo de fomentar los pequeños negocios de mujeres afroecuatorianas, hace 11 años se creó una iniciativa comunitaria para otorgar pequeños préstamos con recursos propios y ayudar así a capitalizar emprendimientos. La iniciativa se ha convertido ahora en un banco comunitario.

El proyecto se ejecuta en el sector denominado Isla Trinitaria, en el sur de Guayaquil, donde 125 mujeres participan de los beneficios de integrar la Agrupación Afroecuatoriana de Mujeres Progresistas.

Un ejemplo es Rosa Ayoví, socia desde 2008. Ella tiene una despensa y obtuvo US$ 300 como préstamo para incrementar su negocio. “Con el dinero que me dieron pude surtir la minitienda, que justamente ahora es el sustento de mis cuatro hijas”.

Esta iniciativa será reforzada con la creación del Centro Empresarial Mujeres Emprendedoras sector Nigeria y Cenepa, que es parte de la ejecución del Proyecto “C E 412”, que es auspiciado por la “Fundación Interamericana”.

Ahora las socias que forman la agrupación tienen un lugar donde habrá un área designada para que sus hijos accedan a Internet y educación; además, será la sede oficial del banco comunitario.

“Cuando inició la caja de ahorro fue con recursos propios pero ahora con el proyecto se han inyectado 24 mil dólares para otorgar créditos, desde 100 hasta 500 dólares, para que las socias incrementen sus negocios o realicen emprendimientos”, informó Sonia España, directora del proyecto.

Las integrantes de la agrupación tienen negocios como tiendas, panaderías, gabinetes de belleza, entre otros, a los que se les inyectará capital para mejorar la economía de las familias del sector.
El proyecto inyectó 24 mil dólares para entregar a las socias créditos desde 100 hasta 500 dólares
Un ejemplo es Patricia Alvarado Mina, quien vive a orillas del estero junto con su esposo, elabora pan en las mañanas para venderlo a sus vecinos. Ella ha adquirió tres créditos uno de 100, el segundo de 150 y el tercero de 300 dólares.

“Los panes los vendo en 5 centavos cada uno y diariamente se hacen 350 panes, mi esposo hace el pan y yo lo horno y lo vendo”, destacó.

Este proyecto -según España- tiene tres componentes: el primero, es fortalecer la caja de ahorro; el segundo, es para superarse en educación y por eso se ha acoplado un centro de cómputo para que los niños accedan a la tecnología; y el tercero, es la restructuración del lugar donde se reúnen las mujeres, porque antes era de caña y ahora tiene comodidades.

El proyecto cuenta con un rubro asignado para capacitaciones; además, de que también existen convenios con otras instituciones como Cimarrón XXI, Mundo Afro, Universidad Empresarial, entre otras, que se encargan de capacitar a las féminas en diferentes temas como manejo de microempresas, de identidad y demás.

Pero la parte económica no es el único interés de estas mujeres, por esa razón también se firmó un convenio con el Ministerio de Educación para que 25 integrantes de Mujeres Progresistas, que no han culminado la instrucción primaria, inicien clases desde el 5 del presente mes.

Otra aspiración a la que se enfocan las líderes es que con futuros convenios las socias puedan culminar sus estudios secundarios.

Daisy Vivero, presidenta de la agrupación y promotora comunitaria de crédito, mencionó que no existen divisiones en cuanto al manejo del banco.

“Todas somos dueñas y lo que hay es una coordinadora de créditos, las mismas socias somos las que conformamos una comisión de crédito, que se encarga de revisar las carpetas”, expresó.

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32. Microempresa de emprendimientos con pulpa de frutas


Tomada de la edición impresa del 18 de febrero del 2010 El Telégrafo

La microempresa "Disfruta" produce pulpas de frutas sin utilizar ingredientes químicos.

Datos
Según la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei), las pulpas de frutas tienen grandes oportunidades en el mercado internacional, especialmente en Estados Unidos.

•La microempresa Disfruta ha participado en varias ferias organizadas por el Centro de Gestión Empresarial del Gobierno Provincial de Pichincha, en las cuales ha contactado nuevos clientes.

Los productos de Disfruta son entregados a domicilio sin importar la cantidad que el cliente desee. La pulpa es 100% natural y se conserva durante seis meses.

Infórmate
Para conocer más sobre la microempresa comunicarse con Flor María Granda al teléfono 02 22254759, e-mail: disfruta-pulpas@hotmail.com.

Disfruta está ubicada en Las Higueras E15-157 y Julio Arellano, en Quito.
El negocio se dedica a la venta de pulpas de frutas y abastece a restaurantes y heladerías.
De las reuniones de los domingos de un grupo de estudiantes de la Universidad Autónoma de Quito (UNAP) surgió la iniciativa de elaborar pulpa de fruta para su comercialización.

La idea de negocio primero se concretó en la cocina de una casa y ahora cuenta con una pequeña fábrica, donde producen pulpas de 18 frutas que son vendidas a universitarios, restaurantes y heladerías.

Pero el desarrollo de esta idea de negocio es el resultado del gran esfuerzo de seis estudiantes de ingeniería comercial de la UNAP.

El grupo de compañeros que en un inicio se reunía para estudiar matemáticas no se imaginó que lo aprendido en las aulas de clases y la amistad forjada los llevaría a crear una pequeña empresa que elabora un producto, cuya demanda aumenta en la actualidad.

Las ganas de superación de los involucrados los incentivó a obtener un título universitario estudiando en la modalidad semipresencial, pero en sus conversaciones
llegaron a la conclusión de que sus respectivos trabajos no eran bien remunerados y sintieron la necesidad de formar su propio negocio.

Todos los conocimientos que obtenían en su carrera los ponían en práctica en el proyecto, es así como nace la marca Disfruta.

La microempresa, que tiene el mismo nombre de la marca, empezó con una pequeña máquina despulpadora que fue la primera adquisición que hizo el grupo.
Las enseñanzas que recibían los socios en las aulas de clase las ponían en práctica en la ejecución del proyecto
Todo inició como un experimento al intentar obtener pulpa de coco, cuenta Flor María Granda, una de las socias. Después de varios intentos elaboraron pulpa de guayaba y los primeros clientes fueron sus compañeros de clase.

“Decidimos empacar la pulpa y llevarla congelada a la universidad, cuando nuestros compañeros probaron el jugo de nuestro producto empezaron a comprarnos y hacer pedidos. Como cada día aumentaban los clientes tuvimos la necesidad de crecer, entonces empezamos a buscar la forma de obtener más maquinaria”, recuerda Granda.

Hace un año, cada uno de los socios aportaron con un capital y así adquirieron una pequeña fábrica, que cuenta con la maquinaria necesaria y contrataron dos jóvenes para que trabajen en la producción.

Para lograr que su microempresa se consolide uno de los factores importantes, según Granda, fue el trabajo en equipo. “No era fácil estudiar de forma semipresencial, trabajar y querer sacar el proyecto. Realmente fue un esfuerzo muy grande en el que todos tuvimos que comprometernos”, afirma.

Actualmente, venden su producto a 15 restaurantes, a la heladería LEKKA, a personal de la Presidencia de la República y de la Policía Nacional, a más de sus familiares y amigos.

Ofrecen pulpa congelada en cuatro presentaciones de 100, 150, 500 y 1.000 gramos, su precio promedio es de un dólar, y puede rendir de ocho a 10 vasos dependiendo el contenido del envase.

Para Martha Granda, socia, el crecimiento de la microempresa depende de la cantidad de clientes que tengan, por lo que los integrantes trabajan para dar a conocer el producto dentro de la ciudad.

La degustación es una de sus estrategias. “Cuando las personas saborean el jugo hecho de pulpa no pueden dejar de llevarla a sus casas”, afirma tras indicar que una de las cualidades del producto es que no contiene químicos.

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31. Mas mujeres trabajan en la produccion de fideos


Tomada de la edición impresa del 05 de febrero del 2010 El Telégrafo

En el centro femenino Cayetana Sterny se elaboran los fideos y bizcochos de la microempresa Doña Cayetana.

Datos
En 1992 el Instituto Ecuatoriano de Investigaciones y Capacitación de la Mujer apoyó un proyecto para enseñar a un grupo de señoras la producción de fideos, pan y bizcochos. Además, entregó nociones sobre la formación de microempresas.

En la actualidad, los bizcochos cuentan con registro sanitario. El resto de productos obtendrá el registro en los siguientes días, pues el trámite está iniciado, pero no puede concluir aún por falta de dinero.

Infórmate
Para conocer más sobre el centro femenino Cayetana Sterny y adquirir sus productos pueden comunicarse a los teléfonos: 02 3450750 - 2478917.

El centro está ubicado en El Comité del pueblo, calles Francisco de la Torre y Pedro Campaña, al sur de la ciudad de Quito.
Desde hace 15 años el grupo mantiene una microempresa, que ahora quiere mejorar las ventas.
Con gran esfuerzo siete mujeres de la tercera edad han continuado con una microempresa que lleva alrededor de 15 años produciendo fideos y bizcochos.

Esta actividad, que se desarrolla en una pequeña casa ubicada en el comité del Pueblo al sur de Quito, ha integrado a sus socias en un proceso productivo que se fortalece gracias al apoyo de mujeres más jóvenes.

Todas las tardes las mujeres se reúnen para preparar la masa, dar forma y sabor a los fideos de manera natural y artesanal, secarlos y empaquetarlos.

El número de señoras de la tercera edad que asisten a la producción depende del estado de salud de las integrantes, pues a la mayoría debido a su edad se le dificulta trabajar diariamente.

Quien nunca falta es Elisa Montero, presidenta de la asociación. Ella ha luchado para que el Grupo Femenino Cayetana Sterny salga adelante y a pesar de las dificultades sus productos no dejen de elaborarse.

Actualmente ofrecen tres variedades de fideos y tallarines: de zanahoria, espinaca y tomate preparados con harina de quinua y sin químicos. También producen bizcochos de sal y de dulce que se comercializan con la marca Doña Cayetana.

A este proceso se han integrado mujeres más jóvenes del barrio. Ellas son un apoyo indispensable para la asociación, pues realizan las tareas que requieren de mayor esfuerzo físico.

En este espacio, como cuenta Nuri Vergara, encontraron la oportunidad de ganar un dinero extra y lo más importante es que se sienten solidarias al poder colaborar con las “abuelitas”, como las llaman con cariño.

Montero asegura que fueron muchos los contratiempos que tuvieron que superar, pero desde que tienen un local propio -entregado por el Municipio- para la microempresa, se sienten más estables y esperan que la comercialización de sus productos se siga ampliando.
La meta del negocio es hacer más conocidos los productos y colocarlos en centros naturistas y comisariatos
“Se podría decir que el proyecto de producción de fideos y bizcochos lleva ya muchos años y por ello debería tener mayor mercado, pero ha sido difícil debido a varios factores: uno de ellos es que el grupo de mujeres no se consolidó con fuerza desde un principio. Empezamos cuarenta y ahora somos siete”, afirma Montero.

Además, asegura que la ciudadanía no conoce totalmente el producto que elaboran. “Pero se está poniendo mucho esfuerzo para seguir creciendo”, destaca.

Desde que empezaron el negocio, comercializan sus productos en la organización Camari, que mensualmente tiene pedidos que van de 250 a 300 fundas de fideos y bizcochos.

Vergara señala que este volumen no representa una suma grande de dinero, pero les genera un ingreso seguro. “Nos permite ayudar en la economía de nuestros hogares, además las mujeres de la tercera edad se sienten útiles y les ayuda mucho el ser parte de un proceso productivo”, dice. En esta semana entregaron su primer pedido a un restaurante de comida vegetariana, y esperan expandir su mercado a centros naturistas y comisariatos.

Elvia Mora, quien trabaja seis años en el grupo, distribuye su tiempo para atender las obligaciones de su hogar y trabajar por horas en el centro. Ella disfruta de esta actividad sobre todo por la amistad que tiene con las mu jeres y por la convivencia, que hace más llevadera las tareas, además contribuye con el mantenimiento de la microempresa.

“Poquito a poquito hemos sacado adelante este pequeño negocio. Antes se trabajaba menos, ahora tenemos un poco más de trabajo y eso ha permitido tener mayores ingresos”, destaca Mora, tras indicar que el grupo trabaja en fortalecer la imagen del producto, para que más personas lo conozcan.

Montero disfruta preparando los fideos mientras conversa con sus compañeras y comparte con sus nietos, quienes visitan a diario la cocina de los productos Doña Cayetana.

Para ella el momento más grato que se disfruta en el Centro es cuando, en festividades, todas las mujeres, de la tercera edad y las más jóvenes, se reúnen en la cocina y elaboran pan para ellas y sus familias. La harina la regala la asociación y así se consolida en este lugar un espacio donde prima el compartir y la solidaridad.

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