miércoles, 23 de junio de 2010

20. Fundacion D-Miro entrega creditos solidarios


Tomada de la edición impresa del 30 de octubre del 2009 El Telégrafo
Con el dinero de la fundación, se compraron maquinarias y materia prima.

Datos

El proyecto D-Miro se creó en 1997, como un producto complementario de Misión Alianza, que entrega ayuda social.

En el 2006 la fundación se inició como una organización independiente, por el desarrollo que alcanzó.

La cartera de la fundación financiera de este año es de 31 mil clientes a nivel nacional. Pero existen 60 mil clientes atendidos por D-Miro.

Infórmate

Los interesados en acceder a los créditos pueden llamar al teléfono: 042600097 o ingresar a la página de Internet: www.d-miro.com.

Para hacer pedidos de cómodas comunicarse al taller Villacís al teléfono: 042318360.

Para los pedidos de collares o llaveros pueden llamar a Néstor Nata al teléfono: 042601380.
Con el dinero,D-Miro financia pequeños negocios de personas que no acceden a la banca privada
En 1998 Ramón Villacís buscaba financiamiento para cumplir con dos metas personales: construir su casa de hormigón (en esa época era de caña) e instalar un pequeño negocio que le permitiera sustentar los gastos familiares.

La ayuda económica la consiguió, recordó Villacís, luego de que amigos le comentaron de una fundación que concedía préstamos para impulsar microempresas. “Cuando hice mi primer crédito fue en sucres: 1'500.000, que los utilicé para comprar maquinarias y materia prima”, afirmó.

El dinero lo invirtió en un taller de ebanistería, ubicado en la Isla Trinitaria, al sur de Guayaquil, donde -hasta la actualidad- construye cajoneras, cuya materia prima es la madera de los palets que se desocupan en los puertos de la ciudad. Además, da el servicio de cepillado de madera.

“El precio de la máquina para este trabajo es costosa, por eso las personas prefieren traerme la madera para que la cepille. Por este trabajo tengo un ingreso de entre 100 y 200 dólares semanales, aproximadamente”, indicó.

Fue así como la Fundación D-Miro cambió el futuro de este microempresario que puso su confianza en esta entidad, que pertenece a la Organización Misión Alianza.

D-Miro se encarga de otorgar créditos a personas que no pueden obtenerlos de las grandes instituciones financieras. “Uno de los mayores inconvenientes que se registra en la banca formal es el sector donde viven nuestros clientes”, dijo Carlos Egas, director ejecutivo de la institución.
El monto de los créditos aumenta según el cliente. El inicial es de 400 dólares y puede llegar hasta 7.000

Por ello, la entidad tiene seis oficinas en sectores populares de Guayaquil: Paraíso de la Flor, Suburbio, Fortín, Las Orquídeas y Guasmo; mientras que la matriz funciona en la Isla Trinitaria. En total son catorce instalaciones a nivel nacional.

Otro emprendedor que salió adelante con los préstamos de la fundación D-Miro es Néstor Nata Palma, quien elabora artesanías en tagua, corteza de coco, entre otros materiales.

Nata vive en la cooperativa Che Guevara, de la Isla Trinitaria, y desde hace más de 20 años hace cadenas, llaveros o palillos para el cabello los cuales vende al por mayor y menor.

“Varios comerciantes que tienen sus negocios en el cerro Santa Ana vienen hasta mi casa para comprar, por ciento, los objetos que fabrico”, dijo el artesano.

Pero son miles los beneficiarios de la entidad, debido a la facilidad de los requisitos. El primer paso es entregar una copia de la cédula de identidad y llenar una solicitud, luego viene una revisión por parte de los asesores de la fundación -quienes certifican la información proporcionada por el solicitante-.

La institución actualmente da trabajo a 233 personas y está en trámites para ser una entidad financiera regulada por la Superintendencia de Bancos.

Además, trabaja en coordinación directa con Misión Alianza. “En la organización se imparten cursos de capacitación en diferentes áreas para que las personas puedan emprender sus propios negocios”, indicó Egas.

En la fundación existen va- rios productos dirigidos a diferentes necesidades, están los que se dan a los emprendedores y los de vivienda, tanto para los microempresarios como para las personas que reciben un sueldo fijo.

El monto de los préstamos aumenta según el cliente. “El primer crédito se entrega por 400 ó 600 dólares dependiendo de la posibilidad de pago del solicitante y para el segundo se hace una evaluación y el monto se incrementa a 1.000 dólares y así sucesivamente hasta los 7.000 ”, aclaró Manfred Ronquillo, jefe supervisor de asesores comerciales de la entidad.

Antes se entregaba préstamos de hasta 10.000 dólares y Villacís fue uno de los beneficiados con un crédito de esta cifra. “Con él se hizo una excepción y se le financió la compra de una camioneta que es un complemento de su trabajo”, expresó Ronquillo.

Por ejemplo, con la camioneta Villacís entrega parte de su producción a clientes fijos que tiene en las calles Pedro Pablo Gómez y Rumichaca, en el centro de Guayaquil.

Aunque este microempresario ya cumplió con su meta inicial (tener una casa y un taller, en el cual da trabajo a cinco personas), ahora su objetivo es tener un local para exhibir y vender su mercadería.

El trabajo de D-Miro no es solo es valorado por sus clientes, sino también por instituciones internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Esta institución realiza anualmente un informe en el que resalta la labor de las 100 mejores instituciones de microfinanzas que operan en América Latina.

Este año la entidad se ubicó en el tercer lugar. “Para nosotros es todo un logro que nos hayan otorgado este reconocimiento, sobre todo porque quienes están en el primer y segundo lugar son instituciones bancarias grandes con muchos años de experiencia”, destacó Egas.

Link: www.ticsdemanabi.net

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