sábado, 26 de junio de 2010

39. Pequenos productores logran beneficios con Camari


Tomada de la edición impresa de El Telégrafo del 03 de noviembre del 2009

En las tiendas Camari se pueden apreciar gran variedad de artículos adquiridos a los productores.

Datos
La organización fue creada en 1981 por el grupo social FEPP, fundación que trabaja por el desarrollo de los sectores populares ecuatorianos.

Existen grandes importadoras de comercio en Italia, Alemania, España, Canadá, Francia, Estados Unidos, Japón, Australia y Suiza que adquieren los productos comercializados por Camari.

La entidad ofrece a los productores manejo de postcosecha y aseguramiento de calidad, servicio y asistencia técnica en diseño de productos artesanales.

Infórmate
A través de un catálogo electrónico se pueden conocer los productos de estos pequeños fabricantes en el sitio web www.camari.org.

En Quito, la tienda de Camari está ubicada en la Marchena OE 238 y Versalles. Teléfonos: 2549407 /2567112.
A través de un sistema de comercialización, emprendedores venden sus productos a precios justos.
Desde 1989, Irene Guillén forma parte de la Unión Artesanal Masapán Calderón donde trabajan 20 personas elaborando figuras de masapán.

Cuando inició este pequeño emprendimiento, lo más difícil fue encontrar un mercado para vender sus productos. Pero ahora las artesanías de Guillén y del resto de sus compañeros son exportadas a Estados Unidos.

El negocio va bien en la actualidad, pero no olvidan los años difíciles.

“Entregábamos artesanías en las tiendas, pero nos explotaban, nos pagaban poco por ellas y muchas veces ni siquiera nos pagaban. Sentíamos que nuestro trabajo no era valorado como se debía”, recuerda la artesana.

La situación cambió hace 18 años cuando la microempresa se contactó con Camari (Sistema Nacional de Comercialización Solidario), que busca apoyar e impulsar la producción de los pequeños productores.

Para Guillén la relación establecida con Camari permitió el desarrollo de los 20 artesanos, que ahora consideran que sus productos son valorados en el país y en otros lugares del mundo.

Pero no solo ellos se han beneficiado con el trabajo de la organización, pues también colabora con comunidades campesinas y organizaciones urbano-marginales, que han encontrado una forma justa de comercializar y promocionar sus productos.

Teodoro Méndez, del Consejo de Asociaciones Artesanales de Bienes Agrícolas y Agropecuarios, es un testigo de esta ayuda. Él pudo comercializar sus cosechas de fréjol por la gestión realizada por este sistema solidario.

“Actualmente vendemos el producto a diferentes clientes, pero al comercializarlo con Camari accedemos a buenos precios”, afirma.

Y ese es el objetivo del sistema. “Esta organización se crea por la necesidad de contar con un sistema solidario que esté directamente relacionado con el productor y con el cliente externo, para así evitar la intervención de un intermediario”, comenta Antonio Santillán, director de Camari.

Mientras que Vilma Allauca –también de la organización- asegura que lo más importante es cumplir con los principios del comercio solidario: el respeto al medio ambiente, la no utilización de niños en la producción, equidad, justicia social, precios justos, respeto a los derechos humanos y promoción del productor.

Además, la relación entre los productores y el comercializador se realiza de forma voluntaria. La mayoría de agricultores y artesanos se contacta con la entidad, presenta sus productos y tiene un espacio para venderlos en las tiendas ubicadas en Riobamba, Latacunga, Coca, Cuenca y Quito.
Cumplir con los principios del comercio solidario entre los beneficiados es uno de los objetivos que busca Camari
También se les ofrece la posibilidad de contactarlos con clientes extranjeros, que -por lo general- pertenecen a la red de organizaciones de comercio solidario.

Para establecer el precio de comercialización, las partes analizan los gastos en materiales, mano de obra y volumen. Al valor resultante se le suma un 30 ó 35 por ciento.

De acuerdo con datos de Camari, de enero a octubre del presente año solo en Quito se han comprado 1’212.882 dólares en productos.

Santillán resalta que la organización no busca tener ganancias económicas, sino sociales. “Nosotros medimos nuestras utilidades de forma diferente, porque no podemos darle valor a las más de 95 mil familias que trabajan con nosotros”, destaca.

En Quito, la tienda de Camari está llena de novedosos y diversificados productos: confiterías hechas con aceite de soya, chocolates de Salinas de Guaranda, artesanías de masapán y de paja toquilla, carne de soya, legumbres orgánicas, café de quinua, panela, entre otros.

Mientras que, en la vitrina central del almacén se encuentran jabones, cremas, champúes, aceites para masajes hechos a base de hierbas naturales. Todos estos productos pertenecen a la Fundación Chankuap de Macas, que está integrada por 30 familias.

En cambio, en el área de artesanías de la tienda hay una gran diversidad de estos productos, en una de las vitrinas se exhibe bisutería de tagua elaborada por jóvenes del taller Yurac Muyo, que desde hace 12 años comercializan sus productos a través de Camari.

El grupo recibe al año dos pedidos grandes de 4.000 piezas terminadas. “Se nos ha abierto el mercado. Toda la artesanía que entregamos se va más al extranjero”, comenta Olga Guayaquil, una de las artesanas.

Adicionalmente, los integrantes se han beneficiado con capacitaciones sobre asociatividad y diseño dictadas por expertos italianos contratados por Camari

Link: www.ticsdemanabi.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario