domingo, 27 de junio de 2010

46. Un programa fortalece la produccion agroecologica


Tomada de la edición impresa del 22 de marzo del 2010 El Telégrafo

Datos
Los pequeños productores pueden acceder a créditos preferenciales gracias a convenios que el programa ha establecido con el MIES, el Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria y el Programa de Finanzas Populares.

La próxima feria campesina se realizará en Mejía, el 28 de marzo, en el Patronato Provincial, Av. Pablo Guarderas y Panamericana Sur, Barrio La Bomba.

Las canastas Ñucanchimicuna -que significa Nuestros Alimentos- busca fortalecer la agricultura campesina, incentivar la conservación de semillas ancestrates, conservar el medio ambiente y generar una alimentación segura y soberana.

Se espera llegar con las canastas Ñucanchimicuna a 1.000 familias urbanas, 50 grupos de consumidores responsables que podrían ser abastecidos por los 11 grupos de productores que actualmente son parte del Programa Pichincha Alimenta.

Infórmate
Si desea ser parte de los consumidores responsables comunicarse con Renata Lazo al 02 2566493, o ingrese sus datos en el formulario disponible en www.mercaredsostenible.com en la opción canastas Ñucanchimicuna.
Pequeños agricultores de Pichincha mejoran sus hábitos de alimentación y sus ingresos.
Productores y consumidores de Pichincha se involucran en un circuito solidario que promueve el cultivo y el consumo de productos orgánicos.

Este sistema garantiza una alimentación sana para familias rurales y urbanas e ingresos económicos para pequeños productores agroecológicos de cinco cantones.

La iniciativa surge a partir de un diagnóstico realizado por el Programa Pichincha Alimenta, promovido por la Dirección de Apoyo a la Producción del Gobierno provincial. El fin era conocer la situación alimentaria de 2.000 familias campesinas de Cayambe, Tabacundo, Mejía y San Miguel de los Bancos.

Los resultados evidenciaron altos niveles de desnutrición y malas prácticas de alimentación.

Frente a ello, Pichincha Alimenta estableció como objetivos fundamentales, explica Renata Lazo, directora del proyecto, garantizar la soberanía alimentaria de las familias campesinas de la provincia y mejorar sus ingresos a través de una propuesta integral de trabajo que permita que los agricultores accedan a capacitaciones, asistencia técnica, créditos y finalmente a un circuito de comercialización.

El proceso de capacitación se inició hace tres meses en once organizaciones integradas por pequeños productores, que en su mayoría cuentan con granjas integrales o trabajan en asociatividad en la producción, principalmente, de hortalizas y legumbres, pero también de frutas, y en la crianza de animales.

La capacitación y asistencia técnica en buenas prácticas agroecológicas y temas específicos, según las necesidades de los campesinos, son gratuitas.

Una de las prioridades, según Lazo, es lograr que las familias de los productores tomen conciencia sobre la importancia de mejorar sus hábitos alimenticios y empiecen a consumir parte de su producción.

Mientras que los excedentes ayudan a mejorar los ingresos de las familias gracias a dos formas de comercialización: ferias campesinas y canastas agroecológicas.

Una vez que la producción de los grupos está consolidada como orgánica, los pequeños agricultores acceden a las ferias campesinas, las cuales son espacio de comercialización que beneficia tanto a productores como a consumidores. Éstos últimos tienen la oportunidad de adquirir productos orgánicos y a precios justos.

Las primera feria se realizó en Mejía con la participación de treinta productores del sector. Para Magdalena Caisa, presidenta de la Asociación Tierra y Trabajo, el ser parte de este programa le ha cambiado la vida. “Ahora me siento feliz, porque los 20 productores que conformamos la asociación estamos aprendiendo cosas nuevas y nos sentimos más saludables por consumir nuestros alimentos”.

Magdalena cuenta que durante 20 años los socios del grupo utilizaron fertilizantes químicos para los cultivos, lo que perjudicaba a sus familiares e incrementaba los costos de producción.

Pero ahora que tienen cultivos orgánicos ingresaron a la feria campesina y la situación cambió. “Cosechamos productos sanos. Pudimos vender a los consumidores directamente y tener mayores ingresos”

Otra forma de llegar con sus productos a más personas es a través de las canastas Ñucanchimicuna. Éstas son entregadas cada quince días a grupos de consumidores organizados, que se comprometen a comprarlas por un mínimo de seis meses.

La canasta básica con diez productos (hortalizas, legumbres y frutas totalmente orgánicas) tiene un precio de 7 dólares.

Por el momento, el programa cuenta con tres grupos de consumidores, uno de ellos es la organización Mujeres por la Vida, del cantón Rumiñahui, que desde hace un año se distribuye entre 100 y 180 canastas solidarias.

Rosi Salazar, miembro del grupo, cuenta que en un inicio se les dificultó conseguir los productos y los costos eran altos porque los compraban a intermediarios.

Desde hace dos meses se proveen de productos orgánicos de la Asociación Tierra y Trabajo. “Ahora accedemos a productos sanos, sabemos que son orgánicos y que eso contribuye con nuestra alimentación, además, los precios son más económicos”.
Se incentiva el consumo responsable
En las ferias campesinas, el Programa Pichincha Alimenta aprovecha este espacio para difundir entre los asistentes buenas prácticas alimenticias que los comprometan a cuidar de su alimentación y la de su familia adquiriendo productos orgánicos.

En todo proceso de economía solidaria el papel del consumidor es indispensable; por ello el programa crea grupos de consumidores organizados para que conozcan sobre la importancia de comprar la producción de pequeños productores y de esta forma contribuir con el desarrollo económico y social de estos grupos.

El consumidor responsable debe preguntarse si lo que va a comprar lo necesita o no, considerar el impacto ambiental, contribuir con su compra a la generación de ingresos de grupos vulnerables y así garantizar las necesidades básicas de otros.

Las personas interesadas en ser parte del programa, como representantes de consumidores responsables, deben formar un grupo de diez personas de su barrio o trabajo.

Link: www.ticsdemanabi.net

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